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Durante los primeros meses de pandemia que sufrimos entre marzo y junio de 2020, la situación de muchos países del mundo era casi apocalíptica. Los estados de alarma confinaron a millones de personas en sus casas, y apenas se podía salir a hacer la compra, conseguir productos médicos o ir a trabajar, en los casos de extrema necesidad. Durante aquellos meses se enalteció la labor de los profesionales sanitarios, que estuvieron en primera fila para frenar lo mejor posible aquella pandemia que tanta muerte nos está dejando. Pero también se aplaudió, y más que merecidamente, a los transportistas, aquellos hombres y mujeres que cada día tenían que salir a trabajar, con todas las medidas de seguridad pero exponiéndose, haciendo rutas por carreteras y calles desiertas, para llevar alimentos, medicamentos y todo tipo de productos a las tiendas y a aquellos que, siguiendo el consejo de las autoridades, se quedaban en casa.

La importancia del transporte en estos tiempos ha sido absoluta, pero este eslabón de la cadena lleva ya muchas décadas sosteniendo un sistema de comercio que sería absolutamente impensable si no fuera por la labor encomiable de estos transportistas. Ya sea en camiones, en furgonetas o incluso en otros transportes como bicicletas y motocicletas, los transportistas son los encargados de llevar un producto del punto A al punto B. Algo que parece tremendamente sencillo, pero que no lo es tanto cuando son cientos, miles los productos que se piden cada día a todo tipo de tiendas. En los últimos años, el comercio online está imponiéndose de manera masiva, y eso significa que siempre hacen falta transportistas para llevar esos productos al lugar donde se han pedido. Tanto los que trabajan con grandes empresas como los que lo hacen de forma autónoma, todos forman parte de esta red. Sin embargo, las empresas de gestión de transporte con camiones y grandes vehículos se han convertido en las estrellas de este sector. Aquí te vamos a mostrar cómo se trabaja en ellas.

Gestión de rutas

La infraestructura necesaria para conseguir que una empresa de este tipo funcione de manera eficiente es brutal. Y es que no estamos hablando solo de recoger productos y mandarlos en vehículos para entregarlos. Evidentemente, por el precio de un pequeño envío no merece la pena llevarlo exclusivamente a un lugar. Por eso se realizan rutas que maximizan el tiempo y la labor de los transportistas, para conseguir que los envíos lleguen a tiempo a los destinos deseados con el menor gasto en gasolina posible, y el menor número de kilómetros recorridos. La gestión de rutas es algo imprescindible actualmente, y con todos los adelantos, aplicaciones y programas de geolocalización, nunca fue tan fácil llevar un producto de un lado a otro de manera eficiente.

Equipo comercial

El equipo comercial trabaja codo con codo con las tiendas y comercios que necesitan unos productos determinados, para que sean sus camiones y sus transportes los que se lo lleven. De esta forma, el transportista se convierte también en una especie de distribuidor, un enlace en la cadena de producción para que los productos lleguen a las tiendas y grandes superficies de manera correcta y siempre estén abastecidas. El comercial ofrece los servicios de la empresa de camiones y alude a las ventajas de contratar su transporte en lugar del de la competencia, tanto para los productores como para los que vendan esos productos en sus comercios.

Empleados de almacén

A veces el transportista tiene que llegar a un lugar concreto para recoger la mercancía y desde allí se marcha al punto donde debe entregarla. Las personas que trabajan en el almacén permiten que esa primera carga sea más rápida y eficiente, y que todos los productos estén preparados en el momento en el que el camión llega para recogerlos. Lo hace siguiendo un sistema de gestión eficiente, comunicándose con el gestor de rutas, para saber qué es lo que conviene llevar en cada vehículo y facilitar así mucho la labor del propio transportista, consiguiendo que haga el menor número de paradas posibles y que llegue en un tiempo adecuado a sus destinos, sobre todo si estamos hablando de alimentos o productos perecederos.

La tarea de atención al cliente

La atención al cliente se ha convertido en uno de los servicios imprescindibles en cualquier empresa de transportes, puesto que dado el alto número de envíos, la necesidad de controlarlos todos y de asegurar su recepción adecuada es cada vez mayor. El departamento de Atención al Cliente no solo responde reclamaciones, como mucha gente piensa, sino que se encarga de rastrear y registrar todas las entregas, para asegurarse de la satisfacción absoluta de los clientes. El nivel de satisfacción de estos marcará, en buena parte, el rumbo de la propia empresa, así que está en menos del departamento de atención al cliente conocer la opinión que se tiene de la empresa, saber hasta qué punto sus clientes están contentos con ella…

Facturación y contabilidad

Por supuesto, como en cualquier otra empresa, los negocios de transporte también tienen su departamento para facturación y contabilidad, imprescindibles para llevar las cuentas de la empresa, realizar albaranes, fijar las entregas, preparar las nóminas… La labor de este departamento es importantísima para conseguir el buen funcionamiento de la empresa, sobre todo cuando hay muchísimos encargos y se deben hacer diferentes facturas. Cada envío lleva una factura asignada, y el transportista debe saber cuál es la factura correcta en cada uno de ellos, a través de los códigos de seguimiento. La corroboración de entregas y firmas de facturas se llevan a cabo hoy en día de manera online y casi automática, con dispositivos conectados a Internet que envían la información en cuanto el producto es entregado, para facilitar así mucho las cosas en la parte de facturación y contabilidad.